El secreto de la felicidad
¿Por qué se me resiste la felicidad?
Esta es una pregunta que seguramente te habrás realizado en numerosas ocasiones:
¿Por qué no soy feliz?
¿Qué puedo hacer para alcanzar la felicidad?
¿Cómo conseguirla?
La respuesta es bien sencilla, y te dejará con la boca abierta o tal vez con un inesperado gruñido, te enfadarás, o bien obviaras mis palabras, pero ten en cuenta que no se trata de falsas utopías, sino de algo tan evidente como respirar.
Y es que la felicidad nunca llega porque no la valoras, vale, me incluyo en la frase: porque no la valoramos.
Para empezar a ser conscientes de algo que desde siempre hemos sabido pero no reconocido, hay que echar mano de la sensatez y abdicar ante algo tan real como que la felicidad no es para siempre:
Sabemos que somos felices porque hemos degustado la tristeza.
Si nuestra felicidad se pudiera medir sería un precioso Zig Zag en el que hay picos bajos y picos altos, y hasta a veces puede ser lineal, pero siempre acaba subiendo o bajando, por lo tanto lo importante no es realizar un cómputo con la media y concluir que pese a todo somos felices, o pese a todo todavía nos falta un poco para sentir la dicha.
No se trata de una relación de éxitos y fracasos, ni de objetivos por cumplir.
La felicidad no se busca, se siente.
El secreto no es otro que estar preparad@s y gozar de cada uno de los momentos que la FELICIDAD nos regala:
- Una puesta de sol
- La sonrisa de un niño
- El abrazo de un amigo
- Tomarse un café mientras ves llover por la ventana
- Llegar a casa después de un largo día de trabajo y quitarte por fin los zapatos
- Apagar el despertador de un manotazo y tomarse cinco minutos más antes de levantarte
- El sol, la playa, el mar, los castillos de arena.
- Empezar una guerra de agua.
- Un helado a media tarde.
- Un beso inesperado.
- Una copa en la terraza de un bar.
- Fuegos artificiales.
- Hacer rabiar a tu jefe.
- Tu canción favorita
- Bailar mientras cocinas
- Decir te quiero…
Silvia Vaello