Esta es una historia que me gustaría compartir con todos vosotros:
Isabel es una joven abuela de 50 años, se casó muy pronto con su primer novio y enseguida formó una familia. Nunca tuvo tiempo para pensar en lo que quería hacer o ser. Se considera una luchadora nata, el cabeza de familia desde que murió su marido, en verdad siempre lo ha sido, trabaja en casa y fuera de ella, cuida de sus nietos y de un hijo ya adulto que se resiste a abandonar el hogar. No fue hasta que empezó a acudir a una asociación de mujeres, donde todos los jueves realizaban charlas sobre crecimiento personal y autoestima, que se descubrió a si misma soñando lo bonito que sería poder hacer el trabajo de esa terapeuta que cada semana dirigía las charlas.
¿Demasiado tarde para formarse? Ella que siempre se quejaba de que todo en la vida le había llegado demasiado pronto.
– Abuela, no quiero ir mañana al colegio – le dijo una tarde de sopetón su nieta de cinco años, que últimamente estaba algo malhumorada.
En otra época si su nieta hubiera sido su hija, su respuesta habría sido:
-Pues a mi tampoco me gusta levantarme a las seis cada día y bien que lo hago.
Pero ahora había aprendido a canalizar mejor su estrés, dejó los apuntes que estaba estudiando a un lado del sofá, y focalizó toda su atención en su nieta:
-¿Qué es lo que te ocurre cielo? ¿Tienes algún problema con algún niño?
-No.
– ¿Con un profesor?
-No.
Su nieta era igual de terca que su madre… Isabel respiró hondo y sonrió, sabía exactamente que hacer:
– Ven, siéntate a mi lado, vamos a pintar un bonito arco iris, cuando los veo me siento mucho más feliz ¿y a ti que te hace sentir feliz?
-La navidad.
-¿Y triste?
– No se, quizás Noelia.
-¿Quién es Noelia?
– Una niña del colegio que me tira del pelo y me coge todas las gomas y los clips.
– ¿Y tú que le dices?
– Le digo que no, y no me hace caso.
– Vamos a pensar como podríamos resolver este problema que tienes ¿Se te ocurre alguna idea?
– No ir al colegio.
– Pero tienes que ir para aprender cosas y ser una niña inteligente ¿qué más puedes hacer?
– Cambiar de colegio.
– ¿Te gusta tu colegio?
– Si.
– ¿Te gustaría dejar de ver a tus amigos y profesores?
– No.
– Entonces, cambiar de colegio no es una opción.
Isabel sabía quien era Noelia, una niña que había llegado nueva este curso y que tenía el cabello muy corto, como un chico.
– ¿Por qué crees que te coge todas tus cintas y clips?
– Por que le gustan.
– ¿Ella lleva clips?
Su nieta rió:
– No puede, con el pelo tan corto.
– ¿Cómo crees que se siente?
– No sé, supongo que mal ¿no?
– ¡Juguemos a inventar todas las tonterías que se nos ocurran para que Noelia deje de tirarte del pelo!
Su nieta volvió a reír a carcajadas:
– Que venga un pájaro y se la lleve volando. Que se beba una poción mágica para que le crezcan trenzas y así su mama le comprará clips, ¡OH, ya se!, puedo envolverle uno de la Hello Kity, que le gusta mucho, y dárselo para que se lo ponga cuando tenga pelo.
– Bien, ¿y qué más?
– Uf, abuela, eso ya es mucho, bueno, hablar con mis amigos para que no se burlen de ella.
– Y ¿Cuándo lo vas a hacer?
– Mañana.
A la mañana siguiente Isabel llevó a su nieta al colegio, como de costumbre, y ésta en ningún momento lloró por ir, al contrario, parecía firme con la decisión que había tomado.
Isabel sonrió orgullosa, aunque seguía luchando diariamente por salir adelante como todo hijo de vecino, existía una diferencia en su presente con respecto a su lucha diaria de antaño:
Ahora trabaja en lo que le gusta y es ella misma, con sus defectos y sus cualidades.
Silvia Vaello
Formadora Creative Life Coaching
Coachingbach